Le fué permitido también hacer guerra a los santos y vencerlos; y le fué dada autoridad sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación.
Y lo adorarán (al dragón) todos los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del cordero inmolado.
Si alguno tiene oído, oiga : si alguno a de ir al cautiverio, irá al cautiverio; si alguno a de morir a espada, a espada morirá.
En esto está la paciencia y la fe de los santos.
Apoc./Capitulo XIII, 7-10.
La explicación dice : En la gran tribulación desencadenada por el Anticristo no perecerán, pues, todos; habrá quien permanezca fiel para la venida de Cristo.
Como observa un autor, para obtener esta gloria y el poder del Anticristo sobre todo el mundo, que le serán dados por el dragón precipitado a tierra, el Anticristo habrá hecho sin duda ese acto de adoración del diablo que Jesús negó a éste (Luc.4,4-8) y a cambio del cual satanás le prometía ese mismo poder y gloria que él tiene como príncipe de este mundo.
No se trata aquí, de que el que a hierro mata a hierro muere (Gén. 9, 6; Mat. 26, 52), sino de que no hemos de rebelarnos contra las persecuciones, las cuales en el plan divino están destinadas a manifestar y perfeccionar a los santos.
Para un cristiano el lema no es, como para el mundo, fuerza contra fuerza sino paciencia y firmeza en la fe; de ahí que no sea en el terreno del mundo donde hemos de desafiarlos, pues vemos que en él siempre vencerán ellos.
Nuestras armas son las espirituales,según nos enseña Dios en la sagrada escritura (II Cor. 10, 4).
Tomado de Las Sagradas Escrituras (Mons. Straunbinger )