¡FELIZ UNA Y MIL VECES,
AQUEL QUE DESCUBRE EL SECRETO DE MARIA!
San Luis Maria Grignion de Montfort.
"Hermano en Jesucristo: pongo en tus manos un secreto que me a revelado el Altísimo, no lo he podido encontrar en ningún libro.Te lo entrego con la ayuda del Espíritu Santo, con la condición:
EL LLAMADO A LA SANTIDAD
Así inicia, con esta introducción, San Luis María de Montfort una pequeña obra, El Secreto de María, que en realidad es una carta escrita por el Padre de Montfort dirigida a una religiosa ; donde le expone brevemente la devoción de la Esclavitud de Jesús en María y que le serviría de preámbulo a su libro El Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María.
San Luis María nos asegura que el hombre a sido creado para ser santo y participar de la gloria de su creador por toda la eternidad. Que esa es nuestra verdadera vocación y que debemos orientar todas nuestras acciones, palabras, pensamientos y aspiraciones hacia ello. Pero reconoce que es una empresa imposible al hombre por sus propios medios, que solo Dios con su gracia, y gracia abundante y extraordinaria, puede conseguir que alcancemos con éxito.
Los medios de salvación y santificación los conoce todo el mundo, están detallados en el Evangelio y consisten en humildad de corazón, la oración continua, la mortificación, el abandono en la Providencia y la conformidad con la voluntad de Dios.
Todo entonces se reduce a encontrar una forma de alcanzar la gracia de Dios para poner en practica estos medios .
"Y para encontrar la gracia, hay que encontrar a María".
MARIA ES LA DISPENSADORA DE LA GRACIA
Dios escogió a María como tesorera, administradora y distribuidora de todas sus gracias. El comunica su vida y sus dones a los hombres, con la colaboración de María. Y según el poder que ha recibido de Dios, Ella reparte a quien quiere, como quiere, cuando quiere y cuanto quiere de las gracias del Padre, por las virtudes del Hijo y de los dones del Espíritu Santo.
MARIA, MADRE DE LA GRACIA, DE DIOS Y DE LOS HOMBRE
San Luis María nos dice que María encontró la gracia, María es la llena de gracia, María es la dispensadora de la gracia, pero mas aun; María es la Madre de la gracia, es la Madre de Dios y la Madre de los hijos de Dios.
"María dio el ser y la vida al Autor de toda la gracia, por lo que es Madre de la gracia.
Nuestro Señor Jesucristo es todavía en el cielo, Hijo de María, como lo fue en la tierra por lo que conserva para con Ella la sumisión y la obediencia del mejor de los hijos para con la mejor de la madres.
María es la Madre de los Hijos de Dios porque así como en el orden natural, todo niño debe tener un padre y una madre; del mismo modo en el orden de la gracia, todo el verdadero hijo de la Iglesia debe tener a Dios por Padre y a María como Madre.
Y quien se jacte de tener a Dios por Padre, pero no demuestre para con María la ternura y el cariño de un verdadero hijo, no será mas que un impostor cuyo padre es el demonio.
María ha formado a Jesucristo, Cabeza de los predestinados. Ella debe por tanto, formar a los Miembros de esta Cabeza que son los verdaderos cristianos. Que Madre da a luz la cabeza sin los miembros, ni unos miembros sin cabeza", dice San Luis María.
María como buena Madre de todos los hermanos en Jesucristo, vela por ellos; "Pues una vez recibida en los cielos, no dejo su oficio salvador sino que continua alcanzándonos por su múltiple intercesión, los dones de la eterna salvación. Por su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la Patria Celestial". (Lumen Gentium, capitulo 8. Concilio Vaticano II).
De tal forma, María da a luz, alimenta y hace crecer a sus hijos, a los predestinados, nos dice San Luis María; todos, uno por uno, todos han nacido de Ella.
"María puede aplicarse con mayor razón que la que tenia San Pablo, las palabras: "Hijos míos, otra vez me causan dolores de parto hasta que Cristo tome forma en ustedes".
Todos los predestinados, para asemejarse realmente al Hijo de Dios están ocultos mientras viven en este mundo, en el seno de la Santísima Virgen, donde esta bondadosa Madre los protege, alimenta, mantiene y hace crecer; hasta que les da a luz a la gloria después de la muerte, que es en verdad el día de su nacimiento".
María ha recibido de Dios un gran dominio sobre las almas de los elegidos, ya que habiéndole dado poder sobre su Hijo único y natural, se lo ha comunicado también sobre sus hijos adoptivos, no solo en cuanto al cuerpo sino también en cuanto a el alma; para poder formarlos en Jesucristo y a Jesucristo en ellos.
María habita en los elegidos y predestinados. Esta presente en sus corazones y siempre que se lo permitan echara en ellos las raíces de una profunda humildad, de una caridad ardiente y de todas sus virtudes.
MARIA ES EL MOLDE VIVIENTE DE DIOS
Solo en Ella se formo Dios como hombre perfecto, sin faltarle rasgo alguno de su divinidad y solo en Ella se transformo el hombre perfectamente en Dios.
"Los escultores pueden hacer una estatua o busto perfectos de dos formas: 1. atendiendo a su pericia, a su fuerza, a su ciencia y a la perfección de sus herramientas y trabajos sobre una materia dura; o 2. utilizando un molde.
El primer procedimiento es largo, difícil y expuestos a muchos tropiezos; un golpe desafortunado del cincel o del martillo, basta con frecuencia para echarlo todo a perder.
El segundo método es en cambio, rápido, sencillo, suave, mas económico y menos fatigoso, siempre que el molde sea perfecto y represente con exactitud la figura a reproducir y que la materia utilizada sea maleable y no oponga resistencia a su manejo.
María es el molde maravillosos de Dios; quien se arroje en el y se deje moldear, recibirá todos los rasgos de Jesucristo.
Y esto en forma suave y proporcionada a nuestra debilidad, sin grandes trabajos ni angustias, de manera segura, sin peligros de ilusiones, puesto que el demonio no tuvo ni tendrá jamas entrada donde este María", nos dice San Luis María.
El secreto consiste en encontrar de verdad a la excelsa María para hallar la abundancia de todas las gracias. Según el orden establecido por la Divina Sabiduría, Dios no se comunica de ordinario a los hombres, en el orden de la gracia, sino por medio de María.
Para llegar hasta Dios y unirse con El, es indispensable acudir a la misma persona escogida por El para descender hasta nosotros. Esto se realiza mediante una autentica devoción a la Santísima Virgen María.
Esta autentica devoción a la Santísima Virgen se expresa interiormente:
y exteriormente:
"Alma querida, hay una gran diferencia entre un cristiano formado en Jesucristo por los medios corrientes y apoyados en su habilidad personal; y otro que enteramente dócil, desprendido y disponible, que sin apoyarse en si mismo confía plenamente en María para ser plasmado en Jesucristo. ¡Cuantas manchas, defectos, tinieblas, ilusiones, resabios naturales y humanos hay en el primero! ¡Cuan purificado , divino y semejante a Jesucristo es el segundo!
Ella es un mundo desconocido a casi todos los mortales.
¡Feliz una y mil veces en esta vida, aquel a quien el Espíritu Santo descubre el Secreto de María, para que lo conozca! ¡Feliz aquel que puede entrar en este jardín cerrado y beber a grandes tragos el agua viva de la gracia de esta fuente sellada!".
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